Hace tres semanas, uno de mis seres queridos se encontraba en un crucero celebrando su sexagésimo aniversario. Tanto ella como su esposo disfrutaban de una salud envidiable. Sin necesidad de medicamentos y con exámenes de control periódicos, llevaban un estilo de vida muy saludable. Esa travesía no solo era un tributo a su cumpleaños, sino también una celebración de toda una vida compartida.
Durante la noche de la cena en honor al capitán (una velada formal para aquellos no familiarizados con la terminología del crucero), lamentablemente, ella sufrió un derrame cerebral. Un helicóptero tuvo que aterrizar en el crucero de manera urgente para trasladarla al hospital más cercano. Pasó ocho días en el centro médico, incluso un par de noches en la unidad de cuidados intensivos. El derrame cerebral ha dejado secuelas significativas: pérdida de visión en un ojo, parálisis del lado derecho de su cuerpo y la incapacidad para hablar. En la actualidad, enfrenta un largo y desafiante proceso de recuperación. Los médicos han determinado que deberá depender de una silla de ruedas por el resto de su vida. Esta inesperada tragedia nos ha llevado a reflexionar sobre la fragilidad de la existencia y la necesidad imperiosa de estar respaldados financieramente para hacer frente a situaciones como esta.
Como asesores, nuestra búsqueda constante de nuevos clientes nos lleva a explorar diversos canales, desde las plataformas de redes sociales hasta las últimas innovaciones tecnológicas. Aunque esta estrategia resulta fundamental para nuestro éxito, no podemos descuidar la importancia de mantener conversaciones sobre la planificación financiera con nuestros amigos y familiares más cercanos.
Permíteme plantearte lo siguiente: ¿Has invertido tiempo en dialogar con tus seres queridos acerca de sus perspectivas financieras a futuro? ¿Has reflexionado sobre cómo imprevistos desafíos de salud podrían dejar un impacto significativo en sus vidas? Estos diálogos, a menudo pasados por alto, revisten una importancia crucial para garantizar una base sólida de bienestar financiero en todas las etapas de la vida.
Nuestra responsabilidad consiste en educar a nuestros familiares y conocidos sobre la relevancia de los seguros, una salvaguarda fundamental que brinda apoyo en situaciones de enfermedad, discapacidad y fallecimiento. Visualiza la serenidad que podrían experimentar al saber que su enfoque principal es recuperarse, sin preocupaciones por las facturas médicas o los costos de atención a largo plazo.
Las vivencias que encontramos en nuestra labor ponen de relieve las implicaciones tangibles de no estar preparados. Compartir relatos genuinos y personales de imprevistos, emergencias médicas, accidentes y decesos prematuros puede despertar una conciencia profunda en las personas acerca de la necesidad y la importancia de la planificación financiera, junto con el vital concepto del anillo de protección financiera. Nuestra labor supera la mera venta y el marketing; conlleva empoderar a las personas para resguardar su futuro y proteger a sus seres queridos.
Insto a que mantengamos diálogos trascendentales con nuestros familiares y posibles clientes, de la misma manera en que lo hacemos con nuestros clientes actuales. Esto asegurará que estén plenamente informados y listos para enfrentar cualquier eventualidad que la vida les presente. Al emprender esta acción, nos convertiremos en auténticos defensores de la estabilidad financiera, proporcionando soluciones de gran valía que redundarán en beneficio tanto de nuestros clientes como de nuestros seres queridos.